domingo, 8 de noviembre de 2009

Echando la vista atrás

A propósito del “curso del 63” y después de consultar la hemeroteca de 3 décadas (empezando en los 60), he llegado a las siguientes ideas globales de cada una de las épocas.


Da la sensación de que estar informado en 1963 era más estar al corriente de productos y novedades tecnológicas mas bien con el fin de aparentar que se vivía en un país de bienestar y avance progresivo, la prensa está plagada de publicidad hasta tal punto que prevalece por encima de la noticia y se cuela por en medio de ésta, de aquí se puede concluir que a imagen gráfica era mucho más importante que la prensa escrita. El enfoque de las noticias de la prensa da poca relevancia a los asuntos internacionales y prevalecen las noticias nacionales pero más bien relacionadas con la cultura y sucesos cercanos que con la política. Da la sensación de estar leyendo una prensa de encubierto. El lenguaje es siempre esperanzador, con proyecciones de futuro y se incluye la prensa rosa en la prensa diaria como noticias nacionales.


La prensa de esta década no se diferencia en sobremanera de la de los 10 años atrás, encontramos ligeros cambios en la direccionalidad de la información, que probablemente se encamina más en informar al lector del ámbito internacional. La publicidad se mantiene en un sector importante, pudiendo decir que se ha incrementado ligeramente y ha cubierto sus anuncios de imágenes gráficas subliminales. El diario sigue sin embargo reflejando un país de progreso y ensalzando a España como una potencia en potencia. El régimen franquista no ha permitido muchos cambios ideológicos en 10 años.


¡Al fin llegó el cambio!. Encontramos en este año una prensa donde prevalece lo escrito, se relega la imagen a un segundo plano con la importancia de las crónicas escritas para estar informado, se dirige a un público mucho más crítico que posee una intencionalidad de leer la prensa en vez de ojearla para ver anuncios. Por otro lado encontramos anuncios grandes pero generalmente no entremezclados en las noticias de especial relevancia. El diario es muchísimo más político y salen cantidad de anuncios de partidos políticos pidiendo el voto y colaboración a los lectores. Da la sensación de que el lenguaje que utiliza el diario es mucho más directo y la intencionalidad esta vez si que es de progreso verdadero a nivel nacional político y no de progreso tecnológico y de país a la vanguardia que nos hacia creer la prensa anterior a este periodo (me refiero a la dictadura). Se da a entender al lector una necesidad de cambio, pide colaboración ciudadana y hace salir al país de la ignorancia en la que estaba sumida en la época anterior.



Hoy en día encontramos en los recopilatorios informativos (ya sean televisivos o escritos) un alto índice de noticias escabrosas, morbosas y que influyen al telespectador o lector por efecto de proximidad o situaciones que reflejan en sí la vida cotidiana de cada uno de nosotros o que pensemos que nos hubieran podido llegar a pasar en algún momento.



En definitiva, no siempre los medios de comunicación informativos son fieles a la realidad, hay detrás en un porcentaje muy alto una manipulación patente directa o subliminal que pasa o no pasa desapercibida a los ojos del lector. Todo depende de los ojos con los que se mire, depende de la descodificación del mensaje.
¿Ha cambiado realmente la dirección de la información o es solo una sensación equívoca?


Un saludo.



Dani

lunes, 2 de noviembre de 2009

La información desinformada


Un día cualquiera nos levantamos de la cama por la mañana, desayunamos con la radio o la televisión encendida y lo primero que nos encontramos son los informativos (sí sí, para empezar bien el día y así creer estar “informados”), donde nos muestran las noticias más relevantes del día (normalmente del anterior) y las que están pasando en ese mismo instante.

Es inevitable, a las personas nos gusta estar informados para poder fundamentar nuestro propio pensamiento y compartir opiniones más o menos críticas, es algo social.

La gente cree que está informada fielmente, muchas de las personas que habitan en este planeta se creen todo lo que se les pasa por delante de los ojos, pero debemos saber que no toda la información que nuestros sentidos reciben y perciben es cien por cien fiable, es como aquel dicho que dice “que ni todos los malos son tan malos ni todos los buenos son tan buenos”.

Es bastante probable que la información que recibimos a través de los medios de comunicación esté manipulada, y es que, en un porcentaje muy elevado lo está. Ya sea por la ideología política del emisor, la sensación que quiera causar en el receptor, expectación,…

El telediario es el programa de televisión (si se puede denominar así) Más visto por el público de cada cadena, cada día millones de personas visionamos esa recopilación de hechos acontecidos en un marco nacional en primera instancia y mundial en segunda, puesto que evidentemente nos interesan más las noticias por un tema de proximidad.

¿Creemos que todas las noticias son noticiables?; ¿Qué noticias interesan más a la gente? Solo hay que poner algún que otro Telenoticias concreto últimamente (léase A3) para darse cuenta de que todo lo que pasa en este mundo es una desgracia. ¿Es eso cierto o está seleccionado lo más morboso y caótico por una guerra de audiencia?

Es evidente que en cierto modo la televisión que consumimos está preseleccionada por nosotros mismo y que priman el tipo de contenido que el lector desea. De este modo prevalece una lectura dominante del discurso. Es el tipo de lectura realizada por quienes comulgan o están de a cuerdo con el punto de vista ideológico del emisor, cuyas intenciones comunicativas reconocen y asumen.

Pero detrás de cada información no existe una neutralidad, creo que es difícil no posicionarse (ya sea individualmente o grupalmente) y la interpretación por el receptor puede darse de muchas maneras. Un texto, y sobretodo el televisivo no tiene un sentido definido y realizado, sino que facilita una propuesta de interpretación.



Acabáramos… señores, no se crean todo lo que ven ni vean siempre todo lo que creen, hay que saber obtener un juicio de valores de todas las cosas y sobretodo tener versatilidad de opiniones sin dejarnos influir de sobremanera.



Un saludo.



Dani

lunes, 26 de octubre de 2009

Libertad ética


Sinceramente, creo que muchas veces con la telerealidad y en la televisión en general como medio de comunicación de masas, no se tienen en cuenta las consideraciones éticas pertinentes.

Cuando encendemos la televisión existe un vocabulario de mal gusto, mal trato a los concursantes, burlas al público, ofensas, crueldades, sucesos tristes, sucesos corrientes teñidos por la melancolía y el recuerdo que también los convierten en tristes…

En estos tiempos que corren donde la palabra en boga es la “libertad”, hay gente que aún piensa que “libertad” es sinónimo de progreso. Es por esta razón que también encuentran como progreso “libertad de expresión”, que en cierto modo lo que hace es al ser humano más libre de pensamiento y crítica. Pero el problema es cuando esa “libertad” se lleva al extremo.

La excusa es la peor de las consideraciones de la audiencia por el motivo de poder caer en la justificación de cualquier acto que encamine ganancia de audiencia. Aquí es cuando la TV es menos educativa.
Tomemos por ejemplo Estados Unidos y el reality sobre niños dejados campando a sus anchas y heredando responsabilidades vitales y con jornadas de trabajo de 14 horas diarias en un pueblo de Nuevo México ambientado en el siglo XIX (“Kid Nation”)

Creo que se deberían regular los contenidos de ciertos programas televisivos, cuyo vocabulario es soez y con alto contenido sexual, que por lo tanto no reflejan mayor libertad de expresión, puesto que puede haber una libertad de expresión mínimamente formal o adulta. Programas que no son educativos y que atentan con derechos éticos y morales con el único fin de ganar audiencia y tener un buen share. Debido a este motivo se han perpetuado propuestas televisivas como mínimo indigestas.

No digo que este contenido desaparezca, en esta vida no todo es blanco o todo es negro, por suerte existen las medias tintas. Simplemente expreso la opinión dejando en el aire la gran necesidad de REGULAR los contenidos que se emiten con la finalidad de poder encontrar una televisión acorde a las necesidades y los gustos de la mayoría. Hay momentos y público para todo.

Un saludo

Dani

viernes, 9 de octubre de 2009

Realidad Ficcionada


Es evidente que no todo lo que vemos es real, existen engaños, burlas, imitaciones, cosas no materiales, no tangibles,…


¿Y que hay sobre lo televisado?

Pues efectivamente pasa exactamente lo mismo, como dice la frase popular “no es oro todo lo que reluce”


Por ejemplo, dicen que Gran Hermano es el programa más visto en España, y que en España precisamente es donde más dura. Supongo que el motivo de este éxito no es el ver a gente en la vida cotidiana, al menos no a estas alturas. Quizás al principio del programa la idea fuera esta y la gente se abstrayera de sus vidas para espiar la de otros y luego comentar.

Creo que hoy en día gran parte de la población y de los consumidores de éste programa sabe que la producción está llena de artimañas y el programa está trucado, sin embargo sigue siendo el más visto de España, ¿Por qué? Simplemente porque la finalidad no ha cambiado, la idea ahora es abstraer a la gente de su vida cotidiana para espiar a otros en ocasiones como "actores" y super condicionados por la producción del mismo programa. Así que en cierto modo nos venden una realidad algo o muy ficcionada.

Los vemos criticar, amarse, llorar, reir, copular y pelearse prácticamente a diario, y luego pretenden vendernos que eso es la convivencia diaria, ¿Hacemos “los de fuera” todo eso junto todos los dias? Siempre ha sido así en todas las ediciones, lo único que va cambiando es el condicionamiento de cada vez más exhaustivo y opresivo de la producción del mismo programa con la función de innovar, sorprender y mantener enganchado al público edición tras edición.

Ahora bien, siendo consciente de todo ello, el espectador aún así puede elegir consumir el programa o no consumirlo de manera autónoma.

La idea en si es que la telerrealidad desfragmenta la realidad; suele ser más actuado que realidad; los límites de la producción son un tanto difusos en ocasiones y la post-producción hace y deshace a su antojo para dar lo que más interesa de manera más masticada. Y con esto incluyo a varios programas como 21 días, Granjero busca esposa, El aprendiz, Gran Hermano, Curso del 69, programas del corazón, y un largo etc...


¿Quien son las marionetas, los participantes o los telespectadores?


Adjunto lista de programas semi-actualizado, fijaos en la cantidad de formatos que se han hecho en España, creo que es el país que más sale en las listas. Telerrealidad Wikipedia y programas


Un Saludo

Dani

lunes, 28 de septiembre de 2009

Pasen y Vean...


El espectáculo empieza pronto, más bien se puede decir que la fiesta no para, como dicen algunos, el espectáculo debe continuar, debe y puede, puesto que se mantiene por sí solo.


La telerealidad es un continuo ir y venir de personajes que cuentan temas que versan entorno su propia vida, venden la intimidad y luego se permiten el gran lujo de quejarse asediados por una multitud de fans con sus correspondientes periodistas (medios de información) que pretenden saciar las muchas incertidumbres creadas en torno a los temas “vitales” de los que esos mismos personajes hablan. Como si de niños pequeños se tratase… ¿Y esto por qué es?; ¿Y Por qué?; ¿Cómo es que has dicho esto?...¿Y a que huelen las nubes? Bla, bla, bla.

La telerealidad como concepto no está del todo mal, ya que muestra cosas que le pasan a personajes “reales” frente a la ficción a la que estamos acostumbrado, no todo puede ser mentira. Sin embargo ese mismo realismo es el que nos hace más susceptibles a la manipulación. Al tratarse de ese tipo de temas, la sensibilización con el personaje es mucho más grande, te identificas con él e incluso se crea en tu interior una gran admiración, eso es en sí lo que las televisiones utilizan para crear audiencia, es una puja por ver quién consigue la mayor “mierda” (¿he dicho “mierda”?) de la vida de los protagonistas en cuestión.

Es el caso de Belén Esteban, una gran luchadora y madre coraje para muchos y una vasta “poligonera” y terrorista contra la RAE para otros, el país está completamente dividido, lo que pasa es que los que realmente dan boga a este tipo de programas son los que se dividen en el lado positivo del personaje y dan audiencia al/los programa/as, tanto que los programas son capaces de hacer cosas casi imposibles para que la gente consiga cambiar de canal por propio interés (económico, claro).

En este caso (el de Belén) existe la teoría de que hay una conspiración detrás de las denuncias al defensor del menor con tal de que el programa de la competencia consiga una mayor audiencia y por consiguiente consiga desbancar al programa donde trabaja Belén.

Todo esto implica jugar con los sentimientos y la sensibilidad tanto del personaje como del resto de telespectadores. ¿A qué precio se debe pagar este tipo de televisión sin escrúpulos para con el resto?

Gracias



Dani